jueves, 2 de julio de 2009

Costumbres de la Edad Media; Occidente y Oriente.

No podemos estar ajenos a los arquetipos medievales que nos han enseñado desde nuestros primeros años de socialización como por ejemplo la damisela en peligro ante un feroz Dragón y el Valeroso Caballero andante que con su brillante espada y su fiel corcel derrota al dragón y salva a la Doncella para así pedir su mano en matrimonio. Si bien estos son los clásicos arquetipos medievales de occidente, ¿que sucede con Oriente? Si bien son una cultura milenaria, no están ajenos a estos arquetipos, puesto que los japoneses también poseían su propio “caballero andante”, el samurai, guerrero al servicio del emperador quien basaba su vida en seguir estrictamente el código del Bushido, siendo este el principal motor moral y ético que lo mueve y motiva a realizar cada uno de sus actos.


Pero, ¿que tienen que ver los caballeros y samuráis en una investigación sobre las costumbres de la edad media?; prácticamente todo, puesto que los códigos de Caballería y el Bushido se usaban (y usan aun) como patrones de conducta a seguir, modelos, desde la crianza de los niños se les inculca las tradiciones de cada tipo de “guerrero”, el caballero siempre fiel a la iglesia católica y el honorable e inquebrantable samurai.


"El Caballero"


Definición:

El caballero era un guerrero a caballo de la Europa medieval que servía al rey o a otro señor feudal como contrapartida habitual por la tenencia de una parcela de tierra, aunque también por dinero o como tropa mercenaria. El caballero era por lo general un hombre de noble cuna que, habiendo servido como paje y escudero, era luego ceremonialmente ascendido por sus superiores al rango de caballero. Durante la ceremonia el aspirante solía prestar juramento de ser valiente, leal y cortés, así como proteger a los indefensos.


Ideales:

Valor: Los caballeros deben soportar sacrificios personales para servir los ideales y a las personas necesitadas. Esto implica el elegir mantener verdad a toda costa. El valor no significa ser un estúpido arrogante, sino tener voluntad de hacer lo correcto. Estos personajes tenían un gran valor, capaces de pelear con gran coraje contra seres superiores que mantenían a las personas de los pueblos aterrorizados.

Defensa: Los caballeros juraban cuando eran ascendidos defender a sus señores y señoras, a sus familias, a su nación, a las viudas y a los huérfanos y a la Iglesia. En la defensa de estos ideales e individuos se encontraba la verdadera virtud.

Fe: Los caballeros que tenían una fuerte fe en Dios les permitían llevar a cabo toda una vida de sacrificios y tentaciones, dándoles raíces y esperanza fuertes contra los malvados del mundo. El Cid siempre antes de una batalla, la encomendaba a Dios y sabía que de Él dependía la suerte del éxito.

Humildad: los caballeros humildes eran los primeros en decir a las otras personas cuando llevaban a cabo hechos de gran heroicidad, dándoles el honor que merecen de sus buenos hechos. Y dejando o otros que los feliciten por sus propios hechos y estos los ofrece a Dios. Esta es una de las características más sobresalientes de un caballero.

Justicia: Para los caballeros era muy importante buscar la verdad sobre todo, los caballeros no buscaban su beneficio personal. La justicia sin templar por misericordia puede traer pena, sin embargo. La justicia buscada por los caballeros sin la flexión a la tentación era la utilizada por ellos.

Generosidad: La generosidad era una característica de un caballero. Para contradecir la debilidad de la avaricia, los caballeros eran tan abundantes como sus recursos permitirían. Un caballero generoso puede recorrer mejor la línea entre la misericordia y la justicia fría.

Templanza: El caballero debía estar acostumbrado a comer y beber con moderación. Además el caballero debe ser moderado con sus riquezas, esto no significaba abstenerse de ellas sino, no utilizarlas vanamente. Sin templanza no se podía mantener el honor de la caballería. El caballero debía contenerse de sus apetitos sexuales.

Lealtad: Los buenos caballeros juraban defender fervientemente sus ideales, a la Iglesia y a sus señores, ellos darían su vida por defenderlos.

Nobleza: La nobleza es el principio de la cortesía. Y los caballeros debían así ser corteses, honrados, estimables, generosos e ilustres equitativos a todos mientras que desarrollaron y mantuvieran un carácter noble con los ideales de la caballería. Un caballero es por siempre un ejemplo a seguir.

Mandamientos.

Los caballeros también poseían mandamientos inquebrantables:

  1. Creer en todo lo que la iglesia enseñe y observar todos sus mandamientos.
  2. Proteger a la iglesia.
  3. Tendrás respeto por sus debilidades, las defenderás.
  4. Amaras el país en que naciste
  5. No retrocederás ante el enemigo
  6. Harás a los infieles una guerra sin cuarteles.
  7. Cumplirás tus deberes feudales si no contradice la ley de Dios.
  8. No mentiras y serás fiel a tu palabra.
  9. Serás generoso.
  10. Mantendrás el bien frente a la injusticia y el mal.

“El Samurai”

En la tradición japonesa, el bushido es un término traducido como "el camino del guerrero" (bushi = guerrero, do = senda o camino). Muchos samurais entregaban sus vidas al bushido, un código estricto que exigía lealtad y honor hasta la muerte. Si un samurai fallaba en mantener su honor podía recobrarlo practicando el seppuku (suicidio ritual).

El bushido es un código ético particular. En su forma más pura, el bushido exige a sus practicantes que miren efectivamente hacia atrás al presente desde el momento de su propia muerte, como si ya estuvieran muertos.

Las férreas doctrinas que se desprenden del bushido propiciaron el trato brutal y denigrante que las autoridades japonesas otorgaron a los prisioneros de guerra, tanto civiles como militares, durante la Segunda Guerra Mundial. Una de las cosas que enseña el bushido es el absoluto desprecio por el enemigo que se rinde, puesto que esto es un deshonor que hace preferible la muerte.

Los samuráis contaban con un amplio arsenal. Siempre se dice que el alma de un samurái se encontraba en la katana que portaban. En ocasiones, se representa al samurái como un guerrero totalmente dependiente de su katana para combatir. Sin embargo, ésta es una diferencia que guarda relación con la importancia de la ballesta en la Europa medieval y lo que representa una espada para un caballero: se trata más bien de un símbolo de status y no de un arma tan importante para el samurái. Al cumplir los trece años, en una ceremonia conocida como Gempuku, el niño recibía un wakizashi, un nombre de adulto y se convertía en samurái. Esto le daba derecho a portar una katana, aunque ella comúnmente estaba asegurada con cuerdas para evitar su desenvaine accidental. Katana y wakizashi juntos eran conocidos como daisho, que significa, literalmente, “grande y pequeña”.

Occidente ve con romanticismo esta filosofía sin querer darse cuenta que en su origen posee una dosis de clasismo y racismo. Aun así, muchos maestros de hoy ven el bushido actual como una forma evolucionada de su original propósito guerrero; el maestro Morihei Ueshiba, también conocido como O'Sensei divulgó un nuevo estilo de ver el bushido donde el combate puede entenderse como una forma de vida armónica a través del aikido o camino de la energía en armonía. En esta arte marcial la filosofía del bushido se funde con un pensamiento más civilizado, donde la tolerancia es una estrategia y a la vez una forma complementaria y fluida de combate, la que permite conocer al oponente venciéndolo en su propio terreno y sin causar daño físico, con el consiguiente respeto que puede llegar a significar en la mente de un "enemigo" racional, todo esto sin dejar de ser bushido.

El bushido visto desde el punto de vista del aikido funda su base en la idea de que un samurai podía vencer a un enemigo sólo con estrategia e inteligencia y sin necesidad de desenvainar la espada.

En su forma original, sin embargo, se reconocen en el bushido siete virtudes asociadas:

  • Gi - Rectitud (decisiones correctas)

Sé honrado en tus tratos con todo el mundo. Cree en la justicia, pero no en la que emana de los demás, sino en la tuya propia. Para un auténtico samurai no existen las tonalidades de gris en lo que se refiere a honradez y justicia. Sólo existe lo correcto y lo incorrecto.

  • Yuu - Coraje

Álzate sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir. Un samurai debe tener valor heroico. Es absolutamente arriesgado. Es peligroso. Es vivir la vida de forma plena, completa, maravillosa. El coraje heroico no es ciego. Es inteligente y fuerte. Reemplaza el miedo por el respeto y la precaución.

  • Jin - Benevolencia

Mediante el entrenamiento intenso el samurai se convierte en rápido y fuerte. No es como el resto de los hombres. Desarrolla un poder que debe ser usado en bien de todos. Tiene compasión. Ayuda a sus compañeros en cualquier oportunidad. Si la oportunidad no surge, se sale de su camino para encontrarla.

  • Rei - Respeto

Los samurais no tienen motivos para ser crueles. No necesitan demostrar su fuerza. Un samurai es cortés incluso con sus enemigos. Sin esta muestra directa de respeto no somos mejores que los animales. Un samurai recibe respeto no solo por su fiereza en la batalla, sino también por su manera de tratar a los demás. La auténtica fuerza interior del samurai se vuelve evidente en tiempos de apuros.

  • Makoto - Honestidad, Sinceridad absoluta

Cuando un samurai dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en esta tierra lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará. No ha de "dar su palabra" no ha de "prometer" el simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer. Hablar y hacer son la misma acción.

  • Meiyo - Honor

El auténtico samurai solo tiene un juez de su propio honor, y es él mismo. Las decisiones que tomas y cómo las llevas a cabo son un reflejo de quien eres en realidad. No puedes ocultarte de ti mismo.

  • Chuugi - Lealtad

Para el samurai, haber hecho o dicho "algo", significa que ese "algo" le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan. Un samurai es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece fieramente fiel. Las palabras de un hombre son como sus huellas; puedes seguirlas donde quiera que él vaya.


El camino del guerrero se repite tanto en occidente como en oriente, una versión romántica de aquél que jura proteger todo lo que es bueno y respetable en este mundo, con una moral férrea en códigos de ética basados en la fe (ya sea en Dios o en el Emperador). Esto nos habla claramente de cómo se pensaba y sentía acerca de los guerreros en Edad Media ya sea en oriente u occidente, y eso nos permite leer una gran pasión por la violencia y el querer proteger lo que es querido en las costumbres de ese tiempo.

Nos parece que falta en ésta era moderna la pasión que se muestra en la Edad Media para proteger los ideales morales y éticos, que poco a poco se han ido desvaneciendo en la más pura oscuridad de la lógica y la razón. Si bien las versiones a las que nos aferramos son meramente románticas, no podemos negar que esos principios, y el valor para sostenerlos aún ofreciendo la vida por ellos, son dignos de admiración, aún cuando no estemos de acuerdo con ellos.