domingo, 8 de junio de 2008

TERAPIAS PSICOLÓGICAS PARA LA ADICCIÓN A LA COCAÍNA. (Monografía para Psicología del Aprendizaje, 2005)

Abstract
Para la realización de esta monografía, se recopiló diversos artículos y se consultó distintos libros que hacen mención al fenómeno de la adicción a la cocaína desde el punto de vista de la terapia psicológica; a partir de dicho proceso de recolección de datos hemos querido destacar dos enfoques en particular: Condicionamiento Clásico, y Cognitivo – Conductual, para rescatar las ideas más relevantes de ambos respecto a la terapia, exponerlas de forma ordenada y sistemática, y de esta manera, finalmente, confrontarlas en el análisis.
Palabras Clave: Adicción, Cocaína, Tratamientos, Conductismo Clásico, Cognitivo-Conductual.


La gente siempre ha sentido un gran interés por comprender su propia conducta y la de los demás. Una forma de entender las conductas es comprendiendo que la mayoría de éstas son aprendidas. “Se entiende por aprendizaje, un cambio relativamente permanente de la conducta, debido a la experiencia, que no puede explicarse por un estado transitorio del organismo, por la maduración o por tendencias de respuestas innatas” (Domjan, M.; Burckhard, B. 1990).

La lucha del hombre por su libertad personal no se debe a su voluntad, sino a una serie de procesos conductuales donde el principal objetivo es evitar los caracteres aversivos del ambiente, por lo que para este trabajo queremos mencionar que “la conducta no es ningún proceso interno, sino que es la acción del organismo ante condiciones del mundo exterior, es decir, no existe el hombre autónomo o independiente de su medio” (Domjan, M.; Burckhard, B. 1990).

En las últimas décadas, la conducta de adicción en las personas ha ido constantemente aumentando a nivel demográfico, y esto se debe principalmente al constante estrés en que la sociedad moderna se ve inmerso; es por dicha razón que ha sido preciso idear diversos tipos de terapia para poder reducir o en el mejor de los casos erradicar la conducta adictiva, que atormenta tanto al consumidor como a su entorno.

Debido a lo anteriormente expuesto, en el presente trabajo se expondrán 2 enfoques de intervención para el consumo de cocaína: el Condicionamiento Clásico, que se basa en un proceso de asociación entre dos estímulos, es decir, relaciona un estímulo con otro que ya produce una determinada respuesta, y el Cognitivo Conductual, que representa la integración de los principios derivados de la teoría del comportamiento, la teoría del aprendizaje social y la terapia cognitiva, para finalmente confrontarlos y concluir al respecto.

TEMA:

Análisis de terapias de rehabilitación para la adicción a la cocaína desde los enfoques del Condicionamiento Clásico y Cognitivo – Conductual.

OBJETIVO GENERAL:

- Identificar y comparar las técnicas de rehabilitación de los enfoques del Condicionamiento Clásico y Cognitivo conductual para la modificación del comportamiento de adicción a la cocaína.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

- Describir los aspectos Clínicos y Neuropsicológicos de la Cocaína.

- Describir los distintos tipos de técnicas del Condicionamiento Clásico que existen para tratar la adicción a la cocaína.

- Describir los distintos tipos de técnicas Cognitivo Conductales que existen para tratar la adicción a la cocaína.

- Análisis general del tema.


1.- Aspectos clínicos de la cocaína:

1.1.- Clorhidrato de Cocaína:

1.1.1.- Antecedentes:

“La cocaína es un potente estimulante del sistema nervioso central (SNC), que fue aislado de las hojas de la planta de coca (erytroxilon coca) por Niemann en Alemania en 1859. En esta época su uso estuvo generalizado, obviamente porque se desconocían sus efectos negativos” (Navarro, 1992, p. 23).

Cohen (1987, citado en Navarro, 1992) dice que la coca se usó para el tratamiento de afecciones respiratorias como la bronquitis, resfrío, asma, afonía, etc., también para las neuralgias y cefaleas.

La influencia de personajes importantes en la sociedad europea fomentó el uso de la cocaína, como Freud, el que creía que sería la nueva morfina. En contraste surgieron investigadores como Ehrlemeyer quien cuestionaba fuertemente el uso de esta droga. (Navarro, 1992)

Recién en la década de los 60’s recién se tiene un conocimiento de que la cocaína sólo crea dependencia psicológica, debido a las emergencias en aumento de psicosis agudas e intoxicaciones graves por sobredosis. (Navarro, 1992)

Después de la ruptura del mito de la cocaína los científicos empezaron a interesarse en el estudio de sus efectos. Así, a través de experimentos con animales, se comprobó la alta capacidad adictiva de la droga, hallazgos que modificaron la actitud de los científicos, que comenzaron a cuestionarse los conceptos de dependencia tanto física y psicológica. (Navarro, 1992).

1.1.2.- Bases Neuroquímicas

“Es muy importante que el terapeuta tenga en mente un esquema definido de intervención basado en un conocimiento sólido de la neuroquímica cerebral” (Navarro, 1992, pp. 25-26).

1.1.2.1.- Neurotransmisores

Para empezar a tratar las bases neuroquímicas del uso de la cocaína hay que entender el concepto a usar de neurotransmisores, los cuales definiremos como los agentes que transmiten la información por medio de impulsos eléctricos a través del espacio intersináptico, y regulan la frecuencia de los impulsos que son transmitidos. Normalmente, el impacto de los neurotransmisores a los receptores postsinápticos debe rebasar un umbral para iniciar la despolarización de la membrana post-sináptica y de esa manera transmitir el estímulo. (Navarro, 1992)

Por las investigaciones realizadas, la dopamina, la noradrenalina y la serotonina serian los neurotransmisores más afectados por la cocaína, por lo que se revisará sus características y el efecto que la droga produce en ellas.

a) Dopamina: se concentra en la sustancia negra, que se conecta con el cuerpo estriado, y en los circuitos cerebrales del placer. Estos últimos han sido investigados, confirmados y ampliados como la base anatómica y funcional de la adicción a la cocaína. Produce un desequilibrio entre el consumo excesivo y una producción excesiva de dopamina. Al comienzo de la acción de la cocaína, el cerebro responde con intensa estimulación causando euforia, pero luego sucede la depauperizacion dopaminica que ocasiona la disforia. La depresion dopaminergica se puede evaluar mediante los niveles de prolactina en el plasma. La dopamina normalmente inhibe la prolactina, su depauperizacion producirá hiperprolactinemia, lo cual se puede manifestar clínicamente como ginecomastia, galactorrea, amenorrea, infertilidad e impotencia en pacientes consumidores crónicos. (Navarro, 1992)

b) Noradrenalina: Tienen su origen en los locus coeruleus. Abundan también en las áreas limbicas del cerebro. Regulan las actividades emocionales. Tiene que ver con la tensión muscular en brazos y piernas. La cocaína bloquea la recaptacion de noradrenalina y facilita la liberación de esta al SNC y al SNP. (Navarro, 1992)

c) Serotonina: Se encuentra sobretodo en los núcleos de raphe, sus proyecciones ascienden al sistema límbico y serían responsables de la regulación de la conducta emocional, en relación al logro de un estado de ánimo de bienestar; también inhibe las vías de dolor, regula el sueño fisiológico, la percepción sensorial y la temperatura corporal. La cocaína bloquea la liberación y recaptación de serotonina, lo que provoca alteraciones en el humor, irritabilidad e insomnio. (Navarro, 1992)

1.2.- Cuadro Clínico

Navarro (1992) señala que:

En la mayoría de los casos, el comportamiento de consumir cocaína en un adicto es originado por un estímulo externo como la invitación de parte de otro consumidor, la ingestión de alcohol, el ambiente de “juerga”. Otros abusadores compulsivos y continuos pueden consumir todos los días, donde parece que el síndrome de retirada, es decir, de abstinencia, sería uno de los factores fundamentales que determinan la modalidad de consumo.

En los primeros, se inicia una curva negativa de pequeña y moderada intensidad caracterizada por inquietud, apetencia para consumir, ligero temblor digital, angustia, irritabilidad o ligera euforia. Estos síntomas están amortiguados por el consumo previo de alcohol en la mayoría de inhaladores de cocaína.

En los segundos, es decir en los consumidores continuos y que no mezclan la cocaína con el alcohol, esta curva inicial negativa es mucho más intensa, con angustia, inquietud, hiperactividad, agitación psicomotora, irritabilidad, pseudopercepciones epigástricas y hasta diarrea; estos síntomas disminuyen muy rápidamente con la primera aspirada de clorhidrato.(1992)

Fase Crítica: Sbriglio y Millman (1987, citados en Navarro, 1992) señalan que se caracteriza por una gradual pero rápida experimentación de agilidad mental, euforia, placer. Esta curva gradual es ascendente, puede acompañarse de locuacidad, verborrea, animo con grandiosidad y júbilo, fuga de ideas, semejando a una conducta hipomaníaca.

Si se siguen incrementando las dosis pueden aparecer alucinaciones auditivas, visuales y complejas (puede observar a sus perseguidores). Claramente en esta fase el sujeto ya se encuentra psicótico y puede producirse suicidios y homicidios.

La absorción de la droga es relativamente lenta y todavía, entre los 10 hasta los 20 minutos, el sujeto puede experimentar los efectos más intensos, después de lo cual comienza a producirse el “bajón”, es decir, un pasaje gradual hacia la disforia.

1.3.- Efectos crónicos:

El abuso del clorhidrato de cocaína tiene consecuencias tanto psicológicas como físicas, como veremos a continuación:

1.3.1.- Mecanismos Psicológicos

Los mecanismos psicológicos aprendidos por el abusador son:

a) Racionalización: consiste en emitir argumentos o juicios falsos para justificar el consumo. (Navarro, 1992)

b) Negación: consiste en la minimizacion de la existencia de la dependencia a la cocaína. (Navarro, 1992)

c) Autoengaño: consiste en la convicción de mantener control sobre la droga, cuando lo cierto es todo lo contrario, es decir, la droga controla al dependiente desde hace mucho tiempo. (Navarro, 1992)

1.3.2.- Psicosis Cocaínica

Se presentan alucinaciones auditivas y visuales así como cenestésicas (“como gusanos que caminan bajo la piel”); se asocia a agitación psicomotríz, y en mayor o menor grado, a un estado de confusional. Los síntomas psicóticos desaparecen pocas horas o días después de la suspensión del consumo. Son típicas las delusiones de daño y persecución como las delusiones celotípicas. Algunos cuadros se muestran “esquizofreniformes”, es decir, el paciente cree que es influenciado por un poder externo. En este estado puede tornarse agresivo consigo mismo o con los demás (Navarro, 1992).

1.3.3.- Problemas médicos

Es muy frecuente la aparición de caries provocada no sólo por la acción anestésica local de la cocaína, sino por el abandono de los hábitos de limpieza, higiene y alimentación, ya que el dependiente concentra su interés y atención exclusivamente en el consumo (Navarro, 1992).

“La disminución de peso corporal con diversas avitaminosis es otra consecuencia bastante generalizada del consumo, por su enorme poder anorexígeno” (Navarro, 1992, p. 41).

La asociación con alcohol, opiáceos, barbitúricos o benzodiacepinas, puede facilitar la polidependencia (Navarro, 1992).

Según la manera de ingestión pueden surgir otras complicaciones médicas a largo plazo. Así, si se usa la cocaína de manera intranasal, la constricción intensa de los vasos sanguíneos es tan severa que los tejidos son deprivados del alimento y del oxígeno traído por la sangre. Esto puede ulcerar el tejido, causando la eventual caída del septum nasal (Navarro, 1992).

“Son frecuentes las infecciones e inflamaciones severas del tracto respiratorio; las cuerdas vocales pueden estar paralizadas y el reflejo de la tos disminuido, derivando en una voz enronquecida y una respiración neumónica” (Navarro, 1992, p. 42).

Por otra parte, si el uso de la cocaína es intravenosa, puede desarrollarse la ausencia de esterilidad conduciendo al desarrollo de severas infecciones por bacterias u hongos en muchos y diversos sistemas orgánicos.

La mayoría de los adictos a la cocaína ignoran acerca de las técnicas de esterilización, no desinfectan las agujas o su piel antes de la inyección. La piel es el órgano más frecuentemente infectado con celulitis y abscesos. A medida que un material séptico es llevado a través del lado derecho del corazón alojándose en los pulmones, puede causar endocarditis del lado derecho y neumonía. Otros trastornos que pueden ocurrir son metástasis infecciones que causan abscesos cerebrales, endoftalmitis; granulomas en los pulmones, cerebro, hígado y ojos, debido al talco y sílice con que adulteran a la cocaína; esos granulomas pueden llegar a ser tan severos que desarrollan hipertension pulmonar (Navarro, 1992).

“Los adictos a la cocaína intravenosa frecuentemente comparten agujas sucias, por lo tanto se exponen a sí mismo a una serie de enfermedades transmitidas viralmente; Hepatitis A, Hepatitis B, Hepatitis no-A y no-B, Hepatitis de Agente Delta (un virus de RNA), virus de Epstein-Barr y el más importante y mortal de todos HTLV-III. Todos son difundidos por el contacto sangre-sangre” (Navarro, 1992, p. 43).

Los adictos a la cocaína intravenosa pueden diseminar herpes simples o infecciones de citomegalovirus (Navarro, 1992).

2.- Enfoque del Condicionamiento Clásico y Cocaína.

El paradigma del condicionamiento clásico se refiere al aprendizaje basado en la asociación de un estimulo neutro, que posteriormente adquirirá poder para elicitar la conducta (estimulo condicionado) al asociarse con un estimulo incondicionado (psicología online, 2005). Desde la visión del Condicionamiento clásico, la cocaína es un estímulo incondicionado porque provoca una respuesta incondicionada (euforia, placer) por estimulación del SNC. Todos los estímulos que preceden o acompañan al consumo, después de varios apareamientos, se convierten en estímulos discriminativos y pueden por si solos provocar respuestas encubiertas, las que serán el eslabón fundamental que llevará a la persona a repetir el uso de cocaína (Navarro, 1992).

2.1- Técnicas que emplean el Condicionamiento Clásico:

2.1.1.- Contrato Conductual:

Es una suerte de compromiso entre el terapeuta, el paciente y cada uno de los miembros de la familia que participan en el proceso de rehabilitación. El contrato es escrito y compromete a cada uno de los firmantes a cumplir una serie de instrucciones dirigidas hacia el logro de los objetivos del programa terapéutico. El instrumento se constituye entonces en el factor instigador y de motivación en la toma de decisiones, logrando enganchar al paciente y a su familia en el proceso de cambio (Navarro, 1992).

2.1.2.- Relajación:

“En el consumidor de cocaína la ansiedad se constituye en una respuesta central que debe ser manejada muy rápidamente por el terapeuta. La apetencia por la droga viene asociada con ansiedad y sólo disminuye cuando el individuo inicia el consumo. Es así que en el comienzo del tratamiento, la relajación representa una opción comportamental importante por su capacidad para disminuir la ansiedad y facilitar la emergencia de respuestas alternativas a la angustia” (Navarro, 1992, pp. 95-96).

2.1.3.- Automoldeamiento:

Esta es la técnica de condicionamiento operante aplicada a través de sucesivas consecuencias (reforzantes, no reforzantes o aversivas), que dirigen al individuo hacia metas racionales. El terapeuta reforzará, selectivamente, los comportamientos adaptativos que emita el paciente, e ignorará otros que directa o indirectamente estuvieran relacionadas con el consumo. Un terapeuta con experiencia será capaz de contrarrestar efectivamente tal comportamiento, demostrando al paciente en forma objetiva la inadecuacion del mismo a través de la retroalimentación (Navarro, 1992).

2.1.4.- Terapia de Aversión:

Entre 1975 y 1978 se utilizaban compuestos químicos como la apomorfina y la emetina, los cuales se aparean a la presencia de la droga, al olor o a otros estímulos, los que por generalización, evocaban respuestas de consumo. Considerando la dificultad del manejo de estos estímulos, se reemplazaron por estímulos eléctricos, logrando resultados más alentadores. Sin embargo, la aplicación de estímulos dolorosos provocaban reticencia en el paciente y su aplicación conllevaba características muchas veces dramáticas. Esto llevó a hacer una reflexión humanista renunciando a su uso en 1981 y reemplazándolos por la sensibilización encubierta (Navarro, 1992).

2.1.5.- Desensibilización Sistemática:

Su principio teórico es la inhibición recíproca retroactiva, es decir, un comportamiento recientemente aprendido puede inhibir, a través de apareamientos graduales, un comportamiento no deseado. En el tratamiento de la adicción a la cocaína se utiliza para el tratamiento de desordenes asociados a la conducta adictiva, siendo el más frecuente la ansiedad social (Navarro, 1992).

2.1.6.- Entrenamiento Asertivo:

Está dirigida a modificar los comportamientos asertivos, los cuales pueden estar en déficit y en exceso. En el ensayo conductual los comportamientos no asertivos pueden modificarse a través de la experiencia, es decir, a través de la emisión provocada y voluntaria de los comortamientos-meta, seguidos de retroalimentación dada por el terapeuta y por los pacientes si se trata de terapia grupal, o a través del video. En el ensayo conductual de rechazo a la invitación de consumir drogas, los pacientes se muestran completamente torpes en la habilidad para cumplir con ese objetivo.

En el ensayo de roles se pueden emitir comportamientos deseados que pueden ser incorporados, o comportamientos no deseados que serán extinguidos. El objetivo de esta técnica es el de fortalecer los comportamientos de rechazo frente a la droga y su agente, y extinguir los comportamientos de “seductor”. Puede ser muy útil la presencia del modelo participante. Es decir, el terapeuta actúa como modelo asumiendo el rol de seducido, emitiendo argumentos sólidos para rechazar al seductor; luego será imitado y los pacientes recibirán la retroinformacion verbalmente por el terapeuta (Navarro, 1992).

3.- Enfoque terapéutico Cognitivo - Conductual y Cocaína:

“La terapia cognitivo-conductual, representa la integración de los principios derivados de la teoría del comportamiento, la teoría del aprendizaje social y la terapia cognitiva. Supone el enfoque más comprensivo para tratar los problemas derivados del consumo de cocaína y consiste en el desarrollo de estrategias destinadas a aumentar el control personal que la persona tiene sobre sí misma, y es así como nace el concepto de Craving” (Sánchez, p. 1, 2003).

El craving es un deseo (o necesidad psicológica) intenso e irrefrenable que conduce al individuo a abandonar la abstinencia. El manejo del craving es una situación determinante para la adherencia al tratamiento de las personas drogodependientes puesto que es el factor más importante de abandono terapéutico. Los pensamientos, sentimientos y conductas que se presentan durante el periodo de abstinencia pueden lograr, por su intensidad y su naturaleza, que el paciente deje el tratamiento y reincida dado el poder que éste ejerce sobre la persona, incluso, después de varios años de abstinencia (Gonzales, I., 2003).

3.1.- Técnicas que emplean el enfoque Cognitivo Conductual:

3.1.1.- Detención de Pensamiento:

Según González:

El método de detención de pensamiento (También llamada bloqueo o parada de pensamiento) consiste en la interrupción y modificación, por medio de la sustitución, de los pensamientos asociados al craving. Es decir, “se entrena el paciente para que excluya, incluso antes de su formulación, cualquier pensamiento indeseable o improductivo.” (Wolpe, 1993, pag. 123) Esto conduce a la reducción de la cadena de pensamientos que se acompañan de emociones negativas, por lo tanto “las emociones negativas quedan cortadas antes de que puedan surgir” (Wolpe, 1969, citado por Sánchez, 2002a, pag. 39)

Se procede a discutir con el paciente los pensamientos relacionados con el craving que son necesarios eliminar. Posterior a esto, el terapeuta le pide al paciente que cierre los ojos e inicie verbalizando con una secuencia de pensamientos negativos asociados al craving como por ejemplo: "Me siento horrible, me voy a morir si no uso droga, etc." Mientras el paciente procede, el terapeuta interrumpe diciendo "¡Alto!" Después de esto el terapeuta “hace ver al paciente cómo se detuvieron aquellos pensamientos” (Wolpe, 1993, pag. 124), pidiéndole que repitan el ejercicio varias veces. Estos ejercicios se repiten con el propósito de que el paciente aprenda a detener estos pensamientos negativos gritando "¡Alto!" por sí mismo cuando estos se presenten, mismo que el terapeuta deberá alentar y reforzar (2003).

3.1.2.- Técnicas de Distracción:

González señala:

Como su nombre lo indica, son técnicas sencillas que tienen como objetivo <> al sujeto ante pensamientos y sentimientos relacionados con el craving. Es decir, que “cambien su enfoque atencional de interno a externo, para que disminuyan sus deseos” (Sánchez, 2002a, pag. 39) La distracción puede consistir en que el terapeuta indique, con un previo acuerdo en función de las actividades de distracción de relevancia y agrado para el paciente, lo siguiente: centrar la atención en los elementos del ambiente verbalizandolos, siendo lo más detallista posible; evitar el ambiente; hablar sobre algún tema iniciando una conversación con amigo o familiar, recitar un poema o cantar una canción favorita; realizar actividades domésticas, ejercicio, jugar un videojuego, juego de mesa o rompecabezas (2003).

3.1.3.- Control y Programación de Actividades:

González dice que:

Es una técnica que tiene como objetivo modificar los hábitos del paciente en función de sus actividades, mismas que por lo general giran respecto al uso de drogas. Así mismo, “cuando los pacientes se están recuperando deben enfrentarse con mucho tiempo libre en sus manos.” (Beck y cols., 1999, pag. 227) Por lo cual, es importante que las actividades previas a la abstinencia "relevantes al uso de droga" sean sustituidas por nuevas actividades positivas para el paciente.

Se procede inicialmente elaborando un registro línea base de las conductas relacionadas con el consumo del paciente. Se buscará establecer las actividades que fueron o que son de disfrute para el paciente de modo que pueda programar sus actividades el mismo, lo cual establecerá “fuentes de refuerzo no relacionadas con las drogas” (Beck y cols., 1999, pag. 228) (2003).

3.1.4.-Entrenamiento en Relajación:

González señala lo siguiente:

El Entrenamiento en relajación son procedimientos que están enfocados a hacer incompatible estado de relajación con la ansiedad o la ira, emociones que pueden propiciar los cravings, por medio del entrenamiento del paciente de modo que el mismo propicie un estado de relajación al enfrentar situaciones de ansiedad o ira para el. “De manera típica un terapeuta entrena a un cliente para relajarse profundamente, para lo cual se encuentran disponibles muchos métodos para lograr la relajación.” (Kazdin, 1996, pag. 275) (2003).

3.1.5.- Repaso mediante la imagen:

“En ésta, las imágenes se utilizan como medio de “práctica” o repaso de ciertas habilidades adquiridas (por ejemplo, habilidades sociales o resolución de problemas) o de la desensibilización ante situaciones o ambientes que pueden ser disparadores de craving (por ejemplo, una fiesta en donde le ofrezcan una bebida). Por ejemplo: “Un paciente que se había abstenido a la cocaína, y el alcohol durante un año, planeó ir a un banquete forma donde se servía alcohol. En el repaso mediante a la imaginación el terapeuta instó al paciente a imaginar que iba al banquete y que decía cuando se le ofrecía una bebida: <>”” (González, 2003).

3.1.6.- Discusión de ideas irracionales:

González define:

“Técnica basada en la terapia racional emotiva (Ellis y Driden, 1987) en donde se “tratan de discutir de manera activa y directa todas las creencias irracionales que llevan a los pacientes a perturbarse a sí mismos por su adicción” (Ellis y Driden, citado por Sánchez, 2002a, pag. 40) Es una estrategia cognoscitiva que debate las distorsiones cognoscitivas del paciente, mismas que se pueden resumir en: extrapolar (por ejemplo: “o todo o nada”, “no debo sentir nada de craving por que si no significa que soy un perdedor), “adivinar” el pensamiento de otros (por ejemplo: “como caí en las drogas, todos piensan que soy un tonto”, “ese señor que está ahí me está viendo por que sabe que yo usaba drogas”), predicciones negativas (por ejemplo: “nunca voy a cambiar”, “siempre voy a estar sintiéndome mal si no uso la droga”, “me voy a encontrar en la calle a todos mis amigos que usan droga y voy a recaer”), exacerbar lo negativo (por ejemplo: “todo me sale mal, no hay nada bueno en mi vida”, “¡me siento horrible, si no uso la droga, me voy a morir!”), negligencia y descalificación ante lo positivo (por ejemplo: “si me felicitó, fue por puro compromiso, el ha de pensar que voy a volver a usar droga”), minimización de lo positivo y amplificación de lo negativo (por ejemplo: “que haya dejado la droga es bueno, pero lo que hice es imperdonable e inolvidable”), sentimiento de estafa y perfccionismo (por ejemplo: “debí haber controlado mi último craving, y como no lo hice, he decepcionado a todos, soy un fraude”).

Para combatir las ideas irracionales se debe confrontar y discutir las mismas, por ejemplo: “menciona que se siente horrible y que va a morir. Sin duda es molesto e indeseable el sentir el craving pero, ¿en realidad se va usted a morir por no tomarte un trago en esa fiesta, sufre usted de alguna enfermedad extraña en la cual al no ingerir alcohol usted de repente cae subitamente al suelo y deja de vivir? –el paciente ríe y responde—No, tal vez estoy exagerando.” De esta manera el paciente comprende la irracionalidad de sus creencias y cómo ha aprendido a percibir las cosas de una manera inapropiada lo cual le ha generado emociones que no puede controlar. Por lo tanto, es necesario que adopte una nueva forma de pensamiento, el cual será eminentemente racional” (2003).

4.- Discusión:

A grandes rasgos las terapias utilizadas para la modificación conductual en los enfoques conductistas y cognitivo-conductual se diferencian más que nada en la forma en que trabajan la extinción de la adicción.

Por una parte el condicionamiento clásico trabaja desde la extinción de la relación EC-EI utilizando métodos conductistas para lograr este objetivo. Esto también implica una visión de la adicción más biológica y menos cognitiva, y debido a esto podríamos decir que esta terapia es bastante más invasiva que la propuesta por el enfoque cognitivo conductual. El contrato conductual, por ejemplo, obliga a los familiares a impedir que el paciente vuelva a incurrir en el consumo, lo que sería la finalidad de este enfoque. De esta manera el organismo se va desintoxicando de la droga en cuestión, y de a poco la relación EC-EI desaparece. Podríamos decir que en la terapia conductual el paciente sólo tiene que dejar de consumir y el organismo por sí solo bajará la necesidad de consumir la droga, debido a la extinción EC-EI.

A diferencia de las terapias conductuales, las terapias correspondientes al enfoque cognitivo-conductual se centran más que nada en la motivación y en el craving específico del paciente, desde donde se puede trabajar la adicción. En este enfoque los procesos psicológicos internos del paciente cobran más importancia, siendo por ejemplo la detención del pensamiento una buena demostración. En esa terapia específicamente el paciente debe poner mucho esfuerzo para poder resistir la tentación de consumir la droga, diciéndose “alto!” cada vez que desee consumir. De esta manera la relación de EC-EI también se extingue, pero no por una prohibición externa, si no por el propio deseo del paciente. Así también están las técnicas de distracción, que utilizan la atención, un proceso psicológico, para aminorar el craving del paciente, entre otras.

Desde el punto de vista del éxito de las terapias, si bien la terapia cognitivo conductual emplea algunos de los fundamentos conductistas y es posterior al enfoque del Condicionamiento Clásico, ésta no es necesariamente mas efectiva que su antecesora, puesto que la efectividad de la terapia dependerá fundamentalmente del paciente, es decir, la técnica cognitivo conductual tiene un criterio más amplio y amistoso, pero al mismo tiempo debido a sus técnicas de evaluación e intervención requiere un grado mayor de abstracción (entendiendo abstracción como la capacidad del ser humano para entender una situación excluyendo detalles y sólo viéndola a alto nivel), que la técnica conductista, de tal manera que aquellos pacientes que tengan bajo grado de abstracción, o un deterioro cognitivo importante debido al consumo de cocaína, son mas susceptibles a obtener mejores resultados con la terapia conductista, la que si bien, es más invasiva, también es más concreta y prescinde de elevados grados de abstracción para evaluar e intervenir.

Por último, este trabajo fue de gran importancia para el aprendizaje del grupo debido a que hubo que manipular mucha información para llevarlo a cabo, por lo que lo consideramos como una gran ayuda para complementar la cátedra, y un motivo para ahondar en teorías aún no revisadas a esta altura de la carrera. Fue interesante darse cuenta de lo grande que son las diferencias entre ambas teorías, incluso habiendo sido un creada sobre la base de la otra.

5.- Referencias.

Cita Bibliográfica:

- Navarro, R., 1992. Cocaína; Aspectos clínicos, tratamientos y rehabilitación. Ed. Ediciones Libro Amigo. Perú. 1992.

- Domjan, M.: Burckhard, B., 1990. Principios del aprendizaje y de conducta. Ed. Unigraf. España. 1990

Citas Electrónicas:

- González, I., 2003. Estrategias Cognitivo-Conductuales para el manejo del Craving., en http://www.psicocentro.com/cgi-bin/articulo_s.asp?texto=art3b001, visitada el 16 de agosto de 2005.

- Sánchez, E., 2003. Psicoterapia Breve y conductas adictivas., en http://www.conductasadictivas.org/conductas/html/anteriores/articulos/psicoCond01.htm#1, visitada el 16 de agosto de 2005.

- Psicología online, 2005. Introducción a las orientaciones psicoterapeuticas para profesionales sanitarios., en http://www.psicologia-online.com/ESMUbeda/Libros/ProfSanitarios/profesionales3c.htm, visitada el 16 de agosto de 2005.

El Patito Feo... ¿Un cuento de Niños?. Análisis No-Tan-Profundo desde el lenguaje.

Cuento

El Patito Feo.

Como cada verano, a la Señora Pata le dio por empollar y todas sus amigas del corral estaban deseosas de ver a sus patitos, que siempre eran los más guapos de todos.

Llegó el día en que los patitos comenzaron a abrir los huevos poco a poco y todos se congregaron ante el nido para verles por primera vez.

Uno a uno fueron saliendo hasta seis preciosos patitos, cada uno acompañado por los gritos de alborozo de la Señora Pata y de sus amigas. Tan contentas estaban que tardaron un poco en darse cuenta de que un huevo, el más grande de los siete, aún no se había abierto.

Todos concentraron su atención en el huevo que permanecía intacto, incluso los patitos recién nacidos, esperando ver algún signo de movimiento.

Al poco, el huevo comenzó a romperse y de él salió un sonriente pato, más grande que sus hermanos, pero ¡oh, sorpresa!, muchísimo más feo y desgarbado que los otros seis...

La Señora Pata se moría de vergüenza por haber tenido un patito tan feísimo y le apartó con el ala mientras prestaba atención a los otros seis.

El patito se quedó tristísimo porque se empezó a dar cuenta de que allí no le querían...

Pasaron los días y su aspecto no mejoraba, al contrario, empeoraba, pues crecía muy rápido y era flacucho y desgarbado, además de bastante torpe el pobrecito.

Sus hermanos le jugaban pesadas bromas y se reían constantemente de él llamándole feo y torpe.

El patito decidió que debía buscar un lugar donde pudiese encontrar amigos que de verdad le quisieran a pesar de su desastroso aspecto y una mañana muy temprano, antes de que se levantase el granjero, huyó por un agujero del cercado.

Así llegó a otra granja, donde una vieja le recogió y el patito feo creyó que había encontrado un sitio donde por fin le querrían y cuidarían, pero se equivocó también, porque la vieja era mala y sólo quería que el pobre patito le sirviera de primer plato. También se fue de aquí corriendo.

Llegó el invierno y el patito feo casi se muere de hambre pues tuvo que buscar comida entre el hielo y la nieve y tuvo que huir de cazadores que pretendían dispararle.

Al fin llegó la primavera y el patito pasó por un estanque donde encontró las aves más bellas que jamás había visto hasta entonces. Eran elegantes, gráciles y se movían con tanta distinción que se sintió totalmente acomplejado porque él era muy torpe. De todas formas, como no tenía nada que perder se acercó a ellas y les preguntó si podía bañarse también.

Los cisnes, pues eran cisnes las aves que el patito vio en el estanque, le respondieron:

- ¡Claro que sí, eres uno de los nuestros!

A lo que el patito respondió:

-¡No os burléis de mí! Ya sé que soy feo y desgarbado, pero no deberíais reír por eso...

- Mira tu reflejo en el estanque -le dijeron ellos- y verás cómo no te mentimos.

El patito se introdujo incrédulo en el agua transparente y lo que vio le dejó maravillado. ¡Durante el largo invierno se había transformado en un precioso cisne! Aquel patito feo y desgarbado era ahora el cisne más blanco y elegante de todos cuantos había en el estanque.

Así fue como el patito feo se unió a los suyos y vivió feliz para siempre.

Análisis.

1. Tipos de Lenguaje

Para empezar podemos decir que el cuento, de la manera en como lo presentamos, está tipificado de manera verbal y escrita, pero fue en un principio pasado de manera hablada, hasta que un anónimo lo traspasó al papel. Como el lenguaje es escrito nos podemos dar el lujo de interpretar lo que éste dice, considerando las descripciones que se hacen de los personajes como otro tipo de lenguaje, desde nuestra propia imaginación.

A su vez podemos reconocer dentro del mismo texto otros tipos de comunicación desde lo paraverbal, como el lenguaje proxémico, tomando en cuenta que esta fábula da características humanas a los personajes. De esta manera la Mamá Pata aleja con su ala al patito feo cuando ve que un hijo suyo no era todo lo guapo que eran los demás, dándole a entender que lo rechazaba por sus características físicas.

Por último podemos reconocer un tipo de lenguaje corporal cuando se describen a los cisnes que se bañaban en el estanque como “elegantes, gráciles y se movían con tanta distinción”, ya que podemos imaginarnos los movimientos propios de un cisne

2. Axiomas de la Comunicación.
  • Imposible no comunicar: claramente el hecho de que esté escrito el cuento relata su intención de comunicar la historia del patito feo, además aún cuando la Mamá Pata, ya desde el cuento mismo, aleja al pequeñajo pato para no verlo y no tener que hablarle, pero aún así está comunicando eso mismo, que no desea nada con el.
  • Puntuación de Hechos: la Mamá Pata pone huevos de donde nacen seis patos bonitos y uno muy feo, a ese pato feo lo rechazan la mamá y sus hermanos, por lo que se escapa de esa granja y termina en otra distinta con una vieja; esta vieja es mala con el y por esto se vuelve a escapar, como escapó vaga todo el invierno escapando de cazadores con poco que comer. Después del invierno llega la primavera, y como el patito andaba vagando se encuentra con unos cisnes elegantes, por lo que el patito se siente cohibido pero igual intenta relacionarse con ellos. Los cisnes aceptan al pato y lo hacen darse cuenta de que es uno de ellos, por lo que el patito vive para siempre feliz.
  • Interacción Simétrica y Complementaria: podemos ver una interacción complementaria entre la Mamá Pata y los hermanos del patito feo hacia el patito feo, ya que se nota que el “débil” en esa interacción es el pato feo y los otros se burlan de el siendo los “fuertes”. Así, la conducta de la Mamá y los hermanos malos se complementan con las actitudes de inferioridad que adopta el personaje principal. Por otro lado la deferencia que le muestran los cisnes al patito feo (q a su vez también es cisne) demuestra una clara interacción simétrica, ya que su conducta es recíproca.
3. Construcción de Códigos.

a) Podemos tomar la apariencia desgarbada y torpe del patito feo para explicar este primer nivel de la construcción de códigos, ya que se trata solamente de lo que entra en el campo perceptual.

b) El aspecto desgarbado y torpe del patito feo se significa como algo por lo que sentir vergüenza, por esto, la mamá pata se siente disconforme con el hijo que tiene. A su vez sus hermanos toman estas mismas señales y lo significan como algo malo o desagradable.

c) La respuesta que tiene los hermanos y loa mamá pata hacia el patito feo es de alejarlo, marginarlo del alero materno a raíz de los sentimientos de vergüenza y asco que provocan el hecho de que sea distinto a ellos.

d) Más adelante, cuando el patito feo va al estanque con los cisnes y pregunta si puede nadar con ellos, éstos lo aceptan en el grupo porque lo consideran parte de ellos, a lo que el patito lo atribuye como una broma, pero luego los cisnes le hacen ver que él es uno de ellos y que puede nadar con libertad. De esta manera se integran todos los aspectos que habíamos mencionado anteriormente.

4. Unidad cultural y campo semántico.

Tomando “feo” como una unidad intercultural, podemos decir que en todas las culturas hay una concepción estética de las cosas y feo, en cualquier cultura muestra algo considerado estéticamente inadecuado. En la cultura occidental podemos ver que existe una gran preocupación por los significados estéticos, que muchas veces son considerados también como referentes de actitudes morales. Así, en nuestra cultura, lo feo es moralmente inadecuado por lo que es lógico que la mamá pata sienta vergüenza de su hijo feo y lo aparte de los otros que eran estéticamente guapos. Esto muestra la unidad cultural en el concepto de feo.

5. Producción de Signos.

a) Proceso de manipulación del continuum expresivo: El texto destaca el infortunio que sufre el patito, causado por su fealdad. Durante la historia podemos apreciar que se manipula el continuum ya que desde todos los ángulos se desprende que ser feo es algo que trae muchísimos problemas, que al final de todo lo que realmente importa es como te ves y como te comportas. Pero mientras avanza la historia llegamos a la parte final en donde el patito se da cuenta de que en realidad siempre fue bello, sólo que no estaba donde pertenecía. Así, la belleza y la fealdad actúan como parte de la manipulación del continuum expresivo.

b) Articular un nivel de expresión: como destinatarios o lectores del cuento consideramos que compartimos y estamos en conocimiento de los códigos presentes en el texto, por lo que nos situamos en “organización”, ya que conocemos lo que es un pato, un cisne, sabemos más o menos lo que es ser feo, sabemos que las aves nacen de huevos, etc, y por esto podemos entender el contenido del cuento.

c) Procesos de conexión entre signos y fenómenos, cosas o estados del mundo real: Estamos en pleno conocimiento que por ejemplo los patos sí nacen en huevos, que son de tal o cual forma, que los cisnes cuando nacen no son todo lo bellos que llegan a ser de grandes. Por otra parte sabemos que las aves no hablan ni se organizan como los humanos, por lo tanto estamos en presencia de una fábula donde los personajes elegidos por el autor son meras personificaciones.

6. Dennotación y Connotación.

En el cuento podemos inferir que el ser feo denota una suerte de estigma social, relacionado con los valores de la estética y a su vez, en la cultura occidental, con ciertos patrones morales (por ejemplo, si vemos un tipo con mala cara en la calle solemos cruzar a la vereda de enfrente). El patito sufre de esta estigmatización social para descubrir que al final realmente era un cisne, elegante y bello. Por esto último el cuento connota entonces que el ser feo, es decir, ser un paria social, no importa, ya que uno realmente es bello para la gente que importa.

7. Laswell, Hoyland y Lazarsfeld.

Imaginando que este cuento para niños fuera dirigido a las masas (y de hecho creemos que lo es, ya que los cuentos pretenden enseñar algo culturalmente aceptable, y si consideramos que este cuento es ya bastante antiguo entonces podríamos pensar que es parte ya de la idiosincrasia de nuestra cultura occidental) podríamos analizar ciertos aspectos de los padres fundadores de la comunicación de masas.

Laswell: ¿con qué efectos?

Si una “tía” de un jardín cuenta esta historia a una clase entonces podríamos considerar a los niños que la escuchan como receptores pasivos que internalizan el mensaje de la historia, es decir, que no importa realmente que seamos feos o lindos, ya que siempre seremos lindos por dentro.

Hovland: Mensaje-Argumentación.

Tomando el mensaje como una argumentación bilateral, dado que los niños por muy pequeños que sean poseen creencias preexistentes dadas por sus padres, el argumento del cuento da otra visión de los valores y conceptos estéticos y que no necesariamente son estos un contrapunto de las creencias preexistentes, pero ponen en tela de juicio la belleza estética o la belleza interna. A raíz de esto los niños pueden obtener una nueva visión de este concepto, pudiendo modificarlo o no.

Lazarsfeld: Teoría de los dos Escalones.

Si nos ponemos nuevamente en el caso anterior podemos decir que los líderes son representados por las tías que cuentan, a su manera, el cuentito del Patito Feo. Las tías son las líderes de los niños en tanto cuanto son sus educadoras. De esta manera las líderes transmiten el mensaje al grupo que a su vez le atribuye veracidad y credibilidad internalizando el mensaje como real.

8. Efectos Cognitivos.

I. La referencia a lo personal, a lo privado y a lo íntimo desde el punto de vista de la reducción a lo familiar, de la comparación normativa y de la identificación con la autoridad.

Claramente el cuento, como medio de comunicación en las masas, cuenta con un espíritu de reducción a lo familiar, pero a la disfunción de esta, al rechazo en el sistema más personal y potente en la vida de un individuo. De esta manera se llama la atención al receptor que encuentra en el cuento una vuelta a la familia y a los conflictos que puedan existir allí.

II. La distinción entre normalidad y anormalidad, acuerdo y discrepancia con respecto a la orientación de la conducta individual y a su valoración.

Aquí en el cuento la normalidad es ser pato guapo, y la anormalidad entonces sería ser un pato feo, desgarbado y torpe. Según este punto la denuncia de esta desviación a la normativa estética (y muchas veces hasta moral) atrae a la masa.

III. La violencia, la agresividad, el dolor y los sucedáneos del dolor en nuestra sociedad (como pruebas documentales del estar constantemente amenazado) “inmensidad” y de la fatalidad del destino, así como en los aspectos de la “delegación”.

El dolor y la angustia que sufre a lo largo de la historia el Patito Feo son parte de los puntos anteriormente tratados, en donde el sufrimiento de los personajes es una constante que recuerda el hecho de la constante amenaza de la sociedad a la supervivencia social de cada uno. A pesar de esto, al final del cuento se tiene un final relativamente feliz o compensatorio en donde se integra la esperanza de un día vivir para siempre en paz.

IV. La consideración de las formas de competición bajo el aspecto de lucha con connotaciones afectivas de competencia de “status” y de rivalidad personal.

La competitividad se manifiesta en la rivalidad de los patos con el pobre patito feo sobre los valores estéticos, los que a lo largo de la historia se mantienen inalterables. Luego, cuando el patito se da cuenta que e realidad no es tal si no que es un bello cisne, podemos decir que “gana” mayor respeto entre sus semejantes. La competitividad está de manifiesto en todo el texto.

V. Las crisis y los síntomas de crisis bajo el aspecto de afianzamiento de una “estabilidad del sistema”, determinada formalmente, frente a las actuales amenazas.

La presencia del patito feo desorganiza el sistema familiar de los patos, lo ven como un ente totalmente ajeno a ellos y como una amenaza a su especie, ya que si piensan que efectivamente este pato horrible es tal, puede atentar contra la belleza y el equilibrio de la familia como sistema interactuante y como institución.

9. Cultura.

Desde el concepto de cultura alemana podemos ver al patito feo como perteneciente a otro grupo distinto al de los bellos patos, que quizá tiene otras prácticas y costumbres distintas al sistema donde se encuentra. Por lo tanto, lo más probable (cosa que se comprueba después) es que el patito feo no sea ni siquiera pato, si no que pueda pertenecer a otra especie.

Desde el concepto de cultura francesa el patito feo, dentro del sistema de los patos, puede ser considerado como un ente que no tiene distinción, no tiene garbo, por ende es visto inferior. Por esto mismo es rechazado, porque no tiene civilización, no es parte de los “patos cultivados”.

10. Práctica Cultural.

El hecho de contar este cuento sería considerado como una práctica cultural, que puede ser interpretada como habitus si es que los padres se lo cuentan a sus hijos (y más aún, si estos padres, cuando niños, escucharon también el cuento de boca de sus padres).

Probablemente el hecho de tener frente a nosotros este cuento nos hace pensar de su origen y por lo tanto de cómo éste se introdujo en nuestra cultura. Posiblemente no hubo resistencia a la culturación, y fue transmitido como toda aculturación, mediante la interacción de personas que pudieron traer el texto y las otras que no lo conocían.

Análisis de la expansión urbana en Santiago de Chile en el Siglo XIX

A mediados del siglo XIX Santiago, capital de Chile, comenzó a experimentar un fuerte crecimiento urbano, el cual fue en un principio caótico y desordenado. Cuando Vicuña Mackenna se hace con la Intendencia de Santiago comienza la “evolución” del centro “ilustrado” en emulación a grandes capitales europeas como París o Inglaterra, dejando totalmente de lado, segregados, a la población obrera que vive a los sectores colindantes del centro (Somarriva, 2008).

A grandes rasgos De Ramón (1978) describe los límites urbanos del Santiago colonial de dos formas: la primera según los reglamentos y ordenanzas que dividían el radio urbano, y la segunda eran indicaciones y comentarios de autores importantes de ese entonces.

En 1848 se dicta el primer artículo sobre la segregación de la cuidad en parte donde limita la superficie de construcción de ranchos entre la superficie comprendida del margo sur del río Mapocho y el norte del Canal San Miguel (De Ramón, 1978).

Desde lo dicho anteriormente surgieron varias definiciones acerca de los límites de la ciudad; en 1857 Vicuña Mackenna publica un artículo que divide a Santiago en 145 cuadras edificadas, (De Ramón, 1978). Quince años más tarde Tornero señala que “la circunferencia de los límites urbanos alcanza a 18 mil metros. Tiene 956 cuadras osea 144.120 metro longitudinales” (Tornero, 1872, citado en De Ramón, 1978, p. 257). De esta manera tenemos tres clasificaciones, la primera donde se describe un centro y una periferia que lo rodea, la otra un centro y una periferia dividida en tres sectores (norte, este y sur), y la tercera con un centro y dos grandes suburbios: norte y sur (De Ramón, 1978).

Poniéndonos en contexto, Vicuña Mackenna (citado en De Ramón, 1978) nos dice:

“Santiago es, por su topografía, según ya dijimos, una especia de ciudad doble que tiene, como Pekín, un distrito pacífico y laborioso y otro brutal, desmoralizado y feroz: la ciudad china y la ciudad tártara” (p. 258).

De esta manera, Vicuña Mackenna (citado en De Ramón, 1978), sigue describiendo a los obreros de la siguiente manera:

“El desaseo de la comunidad, los malos hábitos que ha entrañado el vecindario, la suma considerable de miserables ranchos existentes, la habitación de familias numerosas en piezas redondas y pequeñas, en que ordinariamente, hacen el depósito de sus necesidades, hasta que las sombras de la noche proporcionan arrojarlas sin pudor… son elementos abundantísimos de putrefacción que atacan la salud y comprometen la existencia” (p. 260).

Así tenemos dos tipos de características de los urbanitas santiaguinos; los primeros, pacíficos, laboriosos, ilustrados, pertenecientes a la ciudad china; los segundos ociosos, paganos, ignorantes y violentos, pertenecientes a la ciudad tártara (De Ramón, 1978).

Siendo Santiago la capital del país, y por consiguiente el lugar de actividad económica más importante, se producían fenómenos de masas migrantes que acudían buscando oportunidades inexistentes de trabajo. Esto generó un gran contingente humano que debía construir viviendas con sus propias manos en terrenos que eran entregados por gracia de aquellos aristócratas “blandos de corazón”, lugares por cierto no muy hospitalarios, de hecho desérticos y peligrosos (De Ramón, 1978).

Todo esto desemboca en una idea, concepción, prejuicio, que determinó la manera en que se trataba a esta “lacra social”, otorgándoles servicios deficientes e insalubres la mayor parte del tiempo. El autor de “Límites Urbanos y segregación espacial según estratos” nos cuenta acerca del funcionamiento del Hospital San Juan de Dios de Santiago, de cómo parecía más bien una sucia mazmorra medieval en donde los que ingresaban pronto olvidaban la cura y esperaban la muerte (De Ramón, 1978).

Es de esta manera que De Ramón (1978) opina acerca de la ciudad de Santiago del S. XIX:

“Como una paradoja de esta terrible suerte, el grupo humano segregado de forma tan cruel, pasaba sin embargo a ser parte fundamental de la ciudad. Ella no podía vivir sin su pobreza, sin su miseria, si su ignorancia, sin su promiscuidad y sin su inmundicia.” (p. 261)

La Iglesia Católica, a pesar de que trató de tomar este asunto en sus manos, toda obra sólo resultó un paliativo para aquella situación de crisis (De Ramón, 1978).

Tomaremos cinco variables que consideramos las más importantes para reflexionar acerca de la situación que desembocó en el injusto desarrollo de los sectores concientemente marginados por la clase alta de ese entonces. La primera de esas variables será una cierta dimensión administrativa del Estado, el cual dividía en dos partes la ciudad de Santiago; las zonas de pobreza y la zona ilustrada (De Ramón, 1978).

Por otra parte la localización de fábricas e industrias tenía dos características; la primera es que las industrias con mayor índice de contaminación, se encontraban fuera de los sectores importantes de la ciudad, el sector ilustrado. La segunda característica es que las industrias de “servicios”, como lo llama De Ramón (1978), se encontraban en su mayoría en el centro de la ciudad, requiriendo que la mano de obra se desplazara de la periferia hacia el corazón de Santiago. Tenemos entonces que la clase obrera convive con la contaminación que la clase alta no desea y debe movilizarse entre “grandes” distancias para obtener un lamentable sueldo.

Además el avalúo de la propiedad entre los sectores definidos en el Anexo 2a se observa que los secotes 1 y 2 tienen un costo sumamente elevado para ese entonces, mientras que el sector 3 baja su costo de manera importante, todos los demás cuentan con valores menores a ¼ de los sectores 1 y 2 (menos de 9 pesos por metro cuadrado) (De Ramón, 1978). La inequidad monetaria en cuanto edificación muestra una clara segregación que, tristemente, continúa cada vez ahondando más aún hoy en día en la compra y venta de bienes inmuebles.

La protección policial es un privilegio que solo disfrutan los sectores acomodados y, por lo tanto, la gran mayoría de las industrias (Anexos 1, 2a y 3) (De Ramón, 1978). Los sectores residenciales obreros son los más afectados por la falta de contingente policial, la que hace permanecer en el tiempo, a su vez, la “no-ley” imperante en esos sectores. Esta situación genera una idea de identidad de la clase obrera en la clase alta. Podemos observar entonces el círculo vicioso de la pobreza: alejo a los infectos pero al alejarlos los infecto.

Según De Ramón (1978) en los sectores 1 y 2 la población tenía un índice de alfabetización superior al 50%, mientras que en todos los demás sectores el porcentaje de alfabetización iba del 5 al 48%. Si consideramos que saber leer permite generar ciertas habilidades y competencias necesarias para salir de la pobreza y no se ven escuelas construidas en los sectores populares, ¿Cómo podían salir de esa situación el grueso de la población santiaguina?

Por último, pero no por eso menos importante, hay que mencionar la manera en que avanzó la tecnología sanitaria a finales del siglo XIX. En 1872 “Santiago tenía 7521 casas de las cuales solo 1600, es decir el 21,27% tenía agua potable” (De Ramón, 1978, p. 266). Es decir, si observamos el Anexo 1, los sectores con cañería de agua potable radicaban en las zonas 1 y 2. El resto carecía del servicio (De Ramón, 1978).

¿Podríamos decir, demográficamente, que la periferia es la ciudad?, ¿o más bien la "ciudad" es la interacción entre los sectores de ella? Si seguimos el principio gestáltico de que el todo es más que la suma de sus partes entonces Santiago es la interacción de los sectores, de los estratos. Esta interacción quizás no es fácil de ver, pero si prestamos atención podemos descubrir un trato sumamente coercitivo entre la clase alta dominante hacia la clase obrera, relegándolos a las afueras de la ciudad, condenándolos a la barbarie y, a la larga, a la muerte.

Por lo dicho anteriormente podemos inferir que entonces no solo tenemos a un sujeto obrero en un círculo vicioso, sino otro sujeto que se preocupa de mantener ese círculo, manteniéndolo en pobreza, decirle que es pobre y hacerlo sentir pobre.

Se le otorga al obrero una identidad basada en el lugar sucio en el que vive, pero el que lo juzga es el mismo que lo relega, que lo excluye, que lo deja sin agua obligándolo a vivir en su inmundicia.

Si nos ponemos un momento a imaginar la vida de un obrero de ese tiempo podríamos visualizar un alba temprana, en una precaria vivienda astillada, construida con las propias inexpertas manos, llena de inmundicia y enfermedades que, si bien tienen cura, no se puede alcanzar. El viaje cruel hacia un trabajo demandante y pésimamente remunerado, la monotonía de la industria. La vuelta, quizás con amigos, quizás borracho con aguardiente o vino, no menos cruel al ver el cambio brusco entre palacetes a mediaguas y llegar a una cama fría, probablemente el mismo suelo.

La rutina, entonces, de vivir en la barbarie lo condena a los ojos de los pudientes y de sus pares, obligándolo de cierta manera a obedecer la “no-ley”, a matar o morir. Es ser prostituta o dejar a tus hijos morir de hambre, es ir a trabajar en sectores opulentos y ver la vida con “civilización” y tener que volver en la noche a una realidad de la cual se quiere escapar: es nuestro Jean Valjean, condenado por un pan.

Referencias Bibliográficas

  • De Ramón, A. (1978). Límites urbanos y segregación espacial según estratos. Revista Paraguaya de Sociología, 42/43, 253-276.
  • Somarriva, M. (2008, Marzo). El Cairo Infecto. La Tercera, La Tercera Cultura, 13.

Los anexos están en el original.