domingo, 8 de junio de 2008

TERAPIAS PSICOLÓGICAS PARA LA ADICCIÓN A LA COCAÍNA. (Monografía para Psicología del Aprendizaje, 2005)

Abstract
Para la realización de esta monografía, se recopiló diversos artículos y se consultó distintos libros que hacen mención al fenómeno de la adicción a la cocaína desde el punto de vista de la terapia psicológica; a partir de dicho proceso de recolección de datos hemos querido destacar dos enfoques en particular: Condicionamiento Clásico, y Cognitivo – Conductual, para rescatar las ideas más relevantes de ambos respecto a la terapia, exponerlas de forma ordenada y sistemática, y de esta manera, finalmente, confrontarlas en el análisis.
Palabras Clave: Adicción, Cocaína, Tratamientos, Conductismo Clásico, Cognitivo-Conductual.


La gente siempre ha sentido un gran interés por comprender su propia conducta y la de los demás. Una forma de entender las conductas es comprendiendo que la mayoría de éstas son aprendidas. “Se entiende por aprendizaje, un cambio relativamente permanente de la conducta, debido a la experiencia, que no puede explicarse por un estado transitorio del organismo, por la maduración o por tendencias de respuestas innatas” (Domjan, M.; Burckhard, B. 1990).

La lucha del hombre por su libertad personal no se debe a su voluntad, sino a una serie de procesos conductuales donde el principal objetivo es evitar los caracteres aversivos del ambiente, por lo que para este trabajo queremos mencionar que “la conducta no es ningún proceso interno, sino que es la acción del organismo ante condiciones del mundo exterior, es decir, no existe el hombre autónomo o independiente de su medio” (Domjan, M.; Burckhard, B. 1990).

En las últimas décadas, la conducta de adicción en las personas ha ido constantemente aumentando a nivel demográfico, y esto se debe principalmente al constante estrés en que la sociedad moderna se ve inmerso; es por dicha razón que ha sido preciso idear diversos tipos de terapia para poder reducir o en el mejor de los casos erradicar la conducta adictiva, que atormenta tanto al consumidor como a su entorno.

Debido a lo anteriormente expuesto, en el presente trabajo se expondrán 2 enfoques de intervención para el consumo de cocaína: el Condicionamiento Clásico, que se basa en un proceso de asociación entre dos estímulos, es decir, relaciona un estímulo con otro que ya produce una determinada respuesta, y el Cognitivo Conductual, que representa la integración de los principios derivados de la teoría del comportamiento, la teoría del aprendizaje social y la terapia cognitiva, para finalmente confrontarlos y concluir al respecto.

TEMA:

Análisis de terapias de rehabilitación para la adicción a la cocaína desde los enfoques del Condicionamiento Clásico y Cognitivo – Conductual.

OBJETIVO GENERAL:

- Identificar y comparar las técnicas de rehabilitación de los enfoques del Condicionamiento Clásico y Cognitivo conductual para la modificación del comportamiento de adicción a la cocaína.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

- Describir los aspectos Clínicos y Neuropsicológicos de la Cocaína.

- Describir los distintos tipos de técnicas del Condicionamiento Clásico que existen para tratar la adicción a la cocaína.

- Describir los distintos tipos de técnicas Cognitivo Conductales que existen para tratar la adicción a la cocaína.

- Análisis general del tema.


1.- Aspectos clínicos de la cocaína:

1.1.- Clorhidrato de Cocaína:

1.1.1.- Antecedentes:

“La cocaína es un potente estimulante del sistema nervioso central (SNC), que fue aislado de las hojas de la planta de coca (erytroxilon coca) por Niemann en Alemania en 1859. En esta época su uso estuvo generalizado, obviamente porque se desconocían sus efectos negativos” (Navarro, 1992, p. 23).

Cohen (1987, citado en Navarro, 1992) dice que la coca se usó para el tratamiento de afecciones respiratorias como la bronquitis, resfrío, asma, afonía, etc., también para las neuralgias y cefaleas.

La influencia de personajes importantes en la sociedad europea fomentó el uso de la cocaína, como Freud, el que creía que sería la nueva morfina. En contraste surgieron investigadores como Ehrlemeyer quien cuestionaba fuertemente el uso de esta droga. (Navarro, 1992)

Recién en la década de los 60’s recién se tiene un conocimiento de que la cocaína sólo crea dependencia psicológica, debido a las emergencias en aumento de psicosis agudas e intoxicaciones graves por sobredosis. (Navarro, 1992)

Después de la ruptura del mito de la cocaína los científicos empezaron a interesarse en el estudio de sus efectos. Así, a través de experimentos con animales, se comprobó la alta capacidad adictiva de la droga, hallazgos que modificaron la actitud de los científicos, que comenzaron a cuestionarse los conceptos de dependencia tanto física y psicológica. (Navarro, 1992).

1.1.2.- Bases Neuroquímicas

“Es muy importante que el terapeuta tenga en mente un esquema definido de intervención basado en un conocimiento sólido de la neuroquímica cerebral” (Navarro, 1992, pp. 25-26).

1.1.2.1.- Neurotransmisores

Para empezar a tratar las bases neuroquímicas del uso de la cocaína hay que entender el concepto a usar de neurotransmisores, los cuales definiremos como los agentes que transmiten la información por medio de impulsos eléctricos a través del espacio intersináptico, y regulan la frecuencia de los impulsos que son transmitidos. Normalmente, el impacto de los neurotransmisores a los receptores postsinápticos debe rebasar un umbral para iniciar la despolarización de la membrana post-sináptica y de esa manera transmitir el estímulo. (Navarro, 1992)

Por las investigaciones realizadas, la dopamina, la noradrenalina y la serotonina serian los neurotransmisores más afectados por la cocaína, por lo que se revisará sus características y el efecto que la droga produce en ellas.

a) Dopamina: se concentra en la sustancia negra, que se conecta con el cuerpo estriado, y en los circuitos cerebrales del placer. Estos últimos han sido investigados, confirmados y ampliados como la base anatómica y funcional de la adicción a la cocaína. Produce un desequilibrio entre el consumo excesivo y una producción excesiva de dopamina. Al comienzo de la acción de la cocaína, el cerebro responde con intensa estimulación causando euforia, pero luego sucede la depauperizacion dopaminica que ocasiona la disforia. La depresion dopaminergica se puede evaluar mediante los niveles de prolactina en el plasma. La dopamina normalmente inhibe la prolactina, su depauperizacion producirá hiperprolactinemia, lo cual se puede manifestar clínicamente como ginecomastia, galactorrea, amenorrea, infertilidad e impotencia en pacientes consumidores crónicos. (Navarro, 1992)

b) Noradrenalina: Tienen su origen en los locus coeruleus. Abundan también en las áreas limbicas del cerebro. Regulan las actividades emocionales. Tiene que ver con la tensión muscular en brazos y piernas. La cocaína bloquea la recaptacion de noradrenalina y facilita la liberación de esta al SNC y al SNP. (Navarro, 1992)

c) Serotonina: Se encuentra sobretodo en los núcleos de raphe, sus proyecciones ascienden al sistema límbico y serían responsables de la regulación de la conducta emocional, en relación al logro de un estado de ánimo de bienestar; también inhibe las vías de dolor, regula el sueño fisiológico, la percepción sensorial y la temperatura corporal. La cocaína bloquea la liberación y recaptación de serotonina, lo que provoca alteraciones en el humor, irritabilidad e insomnio. (Navarro, 1992)

1.2.- Cuadro Clínico

Navarro (1992) señala que:

En la mayoría de los casos, el comportamiento de consumir cocaína en un adicto es originado por un estímulo externo como la invitación de parte de otro consumidor, la ingestión de alcohol, el ambiente de “juerga”. Otros abusadores compulsivos y continuos pueden consumir todos los días, donde parece que el síndrome de retirada, es decir, de abstinencia, sería uno de los factores fundamentales que determinan la modalidad de consumo.

En los primeros, se inicia una curva negativa de pequeña y moderada intensidad caracterizada por inquietud, apetencia para consumir, ligero temblor digital, angustia, irritabilidad o ligera euforia. Estos síntomas están amortiguados por el consumo previo de alcohol en la mayoría de inhaladores de cocaína.

En los segundos, es decir en los consumidores continuos y que no mezclan la cocaína con el alcohol, esta curva inicial negativa es mucho más intensa, con angustia, inquietud, hiperactividad, agitación psicomotora, irritabilidad, pseudopercepciones epigástricas y hasta diarrea; estos síntomas disminuyen muy rápidamente con la primera aspirada de clorhidrato.(1992)

Fase Crítica: Sbriglio y Millman (1987, citados en Navarro, 1992) señalan que se caracteriza por una gradual pero rápida experimentación de agilidad mental, euforia, placer. Esta curva gradual es ascendente, puede acompañarse de locuacidad, verborrea, animo con grandiosidad y júbilo, fuga de ideas, semejando a una conducta hipomaníaca.

Si se siguen incrementando las dosis pueden aparecer alucinaciones auditivas, visuales y complejas (puede observar a sus perseguidores). Claramente en esta fase el sujeto ya se encuentra psicótico y puede producirse suicidios y homicidios.

La absorción de la droga es relativamente lenta y todavía, entre los 10 hasta los 20 minutos, el sujeto puede experimentar los efectos más intensos, después de lo cual comienza a producirse el “bajón”, es decir, un pasaje gradual hacia la disforia.

1.3.- Efectos crónicos:

El abuso del clorhidrato de cocaína tiene consecuencias tanto psicológicas como físicas, como veremos a continuación:

1.3.1.- Mecanismos Psicológicos

Los mecanismos psicológicos aprendidos por el abusador son:

a) Racionalización: consiste en emitir argumentos o juicios falsos para justificar el consumo. (Navarro, 1992)

b) Negación: consiste en la minimizacion de la existencia de la dependencia a la cocaína. (Navarro, 1992)

c) Autoengaño: consiste en la convicción de mantener control sobre la droga, cuando lo cierto es todo lo contrario, es decir, la droga controla al dependiente desde hace mucho tiempo. (Navarro, 1992)

1.3.2.- Psicosis Cocaínica

Se presentan alucinaciones auditivas y visuales así como cenestésicas (“como gusanos que caminan bajo la piel”); se asocia a agitación psicomotríz, y en mayor o menor grado, a un estado de confusional. Los síntomas psicóticos desaparecen pocas horas o días después de la suspensión del consumo. Son típicas las delusiones de daño y persecución como las delusiones celotípicas. Algunos cuadros se muestran “esquizofreniformes”, es decir, el paciente cree que es influenciado por un poder externo. En este estado puede tornarse agresivo consigo mismo o con los demás (Navarro, 1992).

1.3.3.- Problemas médicos

Es muy frecuente la aparición de caries provocada no sólo por la acción anestésica local de la cocaína, sino por el abandono de los hábitos de limpieza, higiene y alimentación, ya que el dependiente concentra su interés y atención exclusivamente en el consumo (Navarro, 1992).

“La disminución de peso corporal con diversas avitaminosis es otra consecuencia bastante generalizada del consumo, por su enorme poder anorexígeno” (Navarro, 1992, p. 41).

La asociación con alcohol, opiáceos, barbitúricos o benzodiacepinas, puede facilitar la polidependencia (Navarro, 1992).

Según la manera de ingestión pueden surgir otras complicaciones médicas a largo plazo. Así, si se usa la cocaína de manera intranasal, la constricción intensa de los vasos sanguíneos es tan severa que los tejidos son deprivados del alimento y del oxígeno traído por la sangre. Esto puede ulcerar el tejido, causando la eventual caída del septum nasal (Navarro, 1992).

“Son frecuentes las infecciones e inflamaciones severas del tracto respiratorio; las cuerdas vocales pueden estar paralizadas y el reflejo de la tos disminuido, derivando en una voz enronquecida y una respiración neumónica” (Navarro, 1992, p. 42).

Por otra parte, si el uso de la cocaína es intravenosa, puede desarrollarse la ausencia de esterilidad conduciendo al desarrollo de severas infecciones por bacterias u hongos en muchos y diversos sistemas orgánicos.

La mayoría de los adictos a la cocaína ignoran acerca de las técnicas de esterilización, no desinfectan las agujas o su piel antes de la inyección. La piel es el órgano más frecuentemente infectado con celulitis y abscesos. A medida que un material séptico es llevado a través del lado derecho del corazón alojándose en los pulmones, puede causar endocarditis del lado derecho y neumonía. Otros trastornos que pueden ocurrir son metástasis infecciones que causan abscesos cerebrales, endoftalmitis; granulomas en los pulmones, cerebro, hígado y ojos, debido al talco y sílice con que adulteran a la cocaína; esos granulomas pueden llegar a ser tan severos que desarrollan hipertension pulmonar (Navarro, 1992).

“Los adictos a la cocaína intravenosa frecuentemente comparten agujas sucias, por lo tanto se exponen a sí mismo a una serie de enfermedades transmitidas viralmente; Hepatitis A, Hepatitis B, Hepatitis no-A y no-B, Hepatitis de Agente Delta (un virus de RNA), virus de Epstein-Barr y el más importante y mortal de todos HTLV-III. Todos son difundidos por el contacto sangre-sangre” (Navarro, 1992, p. 43).

Los adictos a la cocaína intravenosa pueden diseminar herpes simples o infecciones de citomegalovirus (Navarro, 1992).

2.- Enfoque del Condicionamiento Clásico y Cocaína.

El paradigma del condicionamiento clásico se refiere al aprendizaje basado en la asociación de un estimulo neutro, que posteriormente adquirirá poder para elicitar la conducta (estimulo condicionado) al asociarse con un estimulo incondicionado (psicología online, 2005). Desde la visión del Condicionamiento clásico, la cocaína es un estímulo incondicionado porque provoca una respuesta incondicionada (euforia, placer) por estimulación del SNC. Todos los estímulos que preceden o acompañan al consumo, después de varios apareamientos, se convierten en estímulos discriminativos y pueden por si solos provocar respuestas encubiertas, las que serán el eslabón fundamental que llevará a la persona a repetir el uso de cocaína (Navarro, 1992).

2.1- Técnicas que emplean el Condicionamiento Clásico:

2.1.1.- Contrato Conductual:

Es una suerte de compromiso entre el terapeuta, el paciente y cada uno de los miembros de la familia que participan en el proceso de rehabilitación. El contrato es escrito y compromete a cada uno de los firmantes a cumplir una serie de instrucciones dirigidas hacia el logro de los objetivos del programa terapéutico. El instrumento se constituye entonces en el factor instigador y de motivación en la toma de decisiones, logrando enganchar al paciente y a su familia en el proceso de cambio (Navarro, 1992).

2.1.2.- Relajación:

“En el consumidor de cocaína la ansiedad se constituye en una respuesta central que debe ser manejada muy rápidamente por el terapeuta. La apetencia por la droga viene asociada con ansiedad y sólo disminuye cuando el individuo inicia el consumo. Es así que en el comienzo del tratamiento, la relajación representa una opción comportamental importante por su capacidad para disminuir la ansiedad y facilitar la emergencia de respuestas alternativas a la angustia” (Navarro, 1992, pp. 95-96).

2.1.3.- Automoldeamiento:

Esta es la técnica de condicionamiento operante aplicada a través de sucesivas consecuencias (reforzantes, no reforzantes o aversivas), que dirigen al individuo hacia metas racionales. El terapeuta reforzará, selectivamente, los comportamientos adaptativos que emita el paciente, e ignorará otros que directa o indirectamente estuvieran relacionadas con el consumo. Un terapeuta con experiencia será capaz de contrarrestar efectivamente tal comportamiento, demostrando al paciente en forma objetiva la inadecuacion del mismo a través de la retroalimentación (Navarro, 1992).

2.1.4.- Terapia de Aversión:

Entre 1975 y 1978 se utilizaban compuestos químicos como la apomorfina y la emetina, los cuales se aparean a la presencia de la droga, al olor o a otros estímulos, los que por generalización, evocaban respuestas de consumo. Considerando la dificultad del manejo de estos estímulos, se reemplazaron por estímulos eléctricos, logrando resultados más alentadores. Sin embargo, la aplicación de estímulos dolorosos provocaban reticencia en el paciente y su aplicación conllevaba características muchas veces dramáticas. Esto llevó a hacer una reflexión humanista renunciando a su uso en 1981 y reemplazándolos por la sensibilización encubierta (Navarro, 1992).

2.1.5.- Desensibilización Sistemática:

Su principio teórico es la inhibición recíproca retroactiva, es decir, un comportamiento recientemente aprendido puede inhibir, a través de apareamientos graduales, un comportamiento no deseado. En el tratamiento de la adicción a la cocaína se utiliza para el tratamiento de desordenes asociados a la conducta adictiva, siendo el más frecuente la ansiedad social (Navarro, 1992).

2.1.6.- Entrenamiento Asertivo:

Está dirigida a modificar los comportamientos asertivos, los cuales pueden estar en déficit y en exceso. En el ensayo conductual los comportamientos no asertivos pueden modificarse a través de la experiencia, es decir, a través de la emisión provocada y voluntaria de los comortamientos-meta, seguidos de retroalimentación dada por el terapeuta y por los pacientes si se trata de terapia grupal, o a través del video. En el ensayo conductual de rechazo a la invitación de consumir drogas, los pacientes se muestran completamente torpes en la habilidad para cumplir con ese objetivo.

En el ensayo de roles se pueden emitir comportamientos deseados que pueden ser incorporados, o comportamientos no deseados que serán extinguidos. El objetivo de esta técnica es el de fortalecer los comportamientos de rechazo frente a la droga y su agente, y extinguir los comportamientos de “seductor”. Puede ser muy útil la presencia del modelo participante. Es decir, el terapeuta actúa como modelo asumiendo el rol de seducido, emitiendo argumentos sólidos para rechazar al seductor; luego será imitado y los pacientes recibirán la retroinformacion verbalmente por el terapeuta (Navarro, 1992).

3.- Enfoque terapéutico Cognitivo - Conductual y Cocaína:

“La terapia cognitivo-conductual, representa la integración de los principios derivados de la teoría del comportamiento, la teoría del aprendizaje social y la terapia cognitiva. Supone el enfoque más comprensivo para tratar los problemas derivados del consumo de cocaína y consiste en el desarrollo de estrategias destinadas a aumentar el control personal que la persona tiene sobre sí misma, y es así como nace el concepto de Craving” (Sánchez, p. 1, 2003).

El craving es un deseo (o necesidad psicológica) intenso e irrefrenable que conduce al individuo a abandonar la abstinencia. El manejo del craving es una situación determinante para la adherencia al tratamiento de las personas drogodependientes puesto que es el factor más importante de abandono terapéutico. Los pensamientos, sentimientos y conductas que se presentan durante el periodo de abstinencia pueden lograr, por su intensidad y su naturaleza, que el paciente deje el tratamiento y reincida dado el poder que éste ejerce sobre la persona, incluso, después de varios años de abstinencia (Gonzales, I., 2003).

3.1.- Técnicas que emplean el enfoque Cognitivo Conductual:

3.1.1.- Detención de Pensamiento:

Según González:

El método de detención de pensamiento (También llamada bloqueo o parada de pensamiento) consiste en la interrupción y modificación, por medio de la sustitución, de los pensamientos asociados al craving. Es decir, “se entrena el paciente para que excluya, incluso antes de su formulación, cualquier pensamiento indeseable o improductivo.” (Wolpe, 1993, pag. 123) Esto conduce a la reducción de la cadena de pensamientos que se acompañan de emociones negativas, por lo tanto “las emociones negativas quedan cortadas antes de que puedan surgir” (Wolpe, 1969, citado por Sánchez, 2002a, pag. 39)

Se procede a discutir con el paciente los pensamientos relacionados con el craving que son necesarios eliminar. Posterior a esto, el terapeuta le pide al paciente que cierre los ojos e inicie verbalizando con una secuencia de pensamientos negativos asociados al craving como por ejemplo: "Me siento horrible, me voy a morir si no uso droga, etc." Mientras el paciente procede, el terapeuta interrumpe diciendo "¡Alto!" Después de esto el terapeuta “hace ver al paciente cómo se detuvieron aquellos pensamientos” (Wolpe, 1993, pag. 124), pidiéndole que repitan el ejercicio varias veces. Estos ejercicios se repiten con el propósito de que el paciente aprenda a detener estos pensamientos negativos gritando "¡Alto!" por sí mismo cuando estos se presenten, mismo que el terapeuta deberá alentar y reforzar (2003).

3.1.2.- Técnicas de Distracción:

González señala:

Como su nombre lo indica, son técnicas sencillas que tienen como objetivo <> al sujeto ante pensamientos y sentimientos relacionados con el craving. Es decir, que “cambien su enfoque atencional de interno a externo, para que disminuyan sus deseos” (Sánchez, 2002a, pag. 39) La distracción puede consistir en que el terapeuta indique, con un previo acuerdo en función de las actividades de distracción de relevancia y agrado para el paciente, lo siguiente: centrar la atención en los elementos del ambiente verbalizandolos, siendo lo más detallista posible; evitar el ambiente; hablar sobre algún tema iniciando una conversación con amigo o familiar, recitar un poema o cantar una canción favorita; realizar actividades domésticas, ejercicio, jugar un videojuego, juego de mesa o rompecabezas (2003).

3.1.3.- Control y Programación de Actividades:

González dice que:

Es una técnica que tiene como objetivo modificar los hábitos del paciente en función de sus actividades, mismas que por lo general giran respecto al uso de drogas. Así mismo, “cuando los pacientes se están recuperando deben enfrentarse con mucho tiempo libre en sus manos.” (Beck y cols., 1999, pag. 227) Por lo cual, es importante que las actividades previas a la abstinencia "relevantes al uso de droga" sean sustituidas por nuevas actividades positivas para el paciente.

Se procede inicialmente elaborando un registro línea base de las conductas relacionadas con el consumo del paciente. Se buscará establecer las actividades que fueron o que son de disfrute para el paciente de modo que pueda programar sus actividades el mismo, lo cual establecerá “fuentes de refuerzo no relacionadas con las drogas” (Beck y cols., 1999, pag. 228) (2003).

3.1.4.-Entrenamiento en Relajación:

González señala lo siguiente:

El Entrenamiento en relajación son procedimientos que están enfocados a hacer incompatible estado de relajación con la ansiedad o la ira, emociones que pueden propiciar los cravings, por medio del entrenamiento del paciente de modo que el mismo propicie un estado de relajación al enfrentar situaciones de ansiedad o ira para el. “De manera típica un terapeuta entrena a un cliente para relajarse profundamente, para lo cual se encuentran disponibles muchos métodos para lograr la relajación.” (Kazdin, 1996, pag. 275) (2003).

3.1.5.- Repaso mediante la imagen:

“En ésta, las imágenes se utilizan como medio de “práctica” o repaso de ciertas habilidades adquiridas (por ejemplo, habilidades sociales o resolución de problemas) o de la desensibilización ante situaciones o ambientes que pueden ser disparadores de craving (por ejemplo, una fiesta en donde le ofrezcan una bebida). Por ejemplo: “Un paciente que se había abstenido a la cocaína, y el alcohol durante un año, planeó ir a un banquete forma donde se servía alcohol. En el repaso mediante a la imaginación el terapeuta instó al paciente a imaginar que iba al banquete y que decía cuando se le ofrecía una bebida: <>”” (González, 2003).

3.1.6.- Discusión de ideas irracionales:

González define:

“Técnica basada en la terapia racional emotiva (Ellis y Driden, 1987) en donde se “tratan de discutir de manera activa y directa todas las creencias irracionales que llevan a los pacientes a perturbarse a sí mismos por su adicción” (Ellis y Driden, citado por Sánchez, 2002a, pag. 40) Es una estrategia cognoscitiva que debate las distorsiones cognoscitivas del paciente, mismas que se pueden resumir en: extrapolar (por ejemplo: “o todo o nada”, “no debo sentir nada de craving por que si no significa que soy un perdedor), “adivinar” el pensamiento de otros (por ejemplo: “como caí en las drogas, todos piensan que soy un tonto”, “ese señor que está ahí me está viendo por que sabe que yo usaba drogas”), predicciones negativas (por ejemplo: “nunca voy a cambiar”, “siempre voy a estar sintiéndome mal si no uso la droga”, “me voy a encontrar en la calle a todos mis amigos que usan droga y voy a recaer”), exacerbar lo negativo (por ejemplo: “todo me sale mal, no hay nada bueno en mi vida”, “¡me siento horrible, si no uso la droga, me voy a morir!”), negligencia y descalificación ante lo positivo (por ejemplo: “si me felicitó, fue por puro compromiso, el ha de pensar que voy a volver a usar droga”), minimización de lo positivo y amplificación de lo negativo (por ejemplo: “que haya dejado la droga es bueno, pero lo que hice es imperdonable e inolvidable”), sentimiento de estafa y perfccionismo (por ejemplo: “debí haber controlado mi último craving, y como no lo hice, he decepcionado a todos, soy un fraude”).

Para combatir las ideas irracionales se debe confrontar y discutir las mismas, por ejemplo: “menciona que se siente horrible y que va a morir. Sin duda es molesto e indeseable el sentir el craving pero, ¿en realidad se va usted a morir por no tomarte un trago en esa fiesta, sufre usted de alguna enfermedad extraña en la cual al no ingerir alcohol usted de repente cae subitamente al suelo y deja de vivir? –el paciente ríe y responde—No, tal vez estoy exagerando.” De esta manera el paciente comprende la irracionalidad de sus creencias y cómo ha aprendido a percibir las cosas de una manera inapropiada lo cual le ha generado emociones que no puede controlar. Por lo tanto, es necesario que adopte una nueva forma de pensamiento, el cual será eminentemente racional” (2003).

4.- Discusión:

A grandes rasgos las terapias utilizadas para la modificación conductual en los enfoques conductistas y cognitivo-conductual se diferencian más que nada en la forma en que trabajan la extinción de la adicción.

Por una parte el condicionamiento clásico trabaja desde la extinción de la relación EC-EI utilizando métodos conductistas para lograr este objetivo. Esto también implica una visión de la adicción más biológica y menos cognitiva, y debido a esto podríamos decir que esta terapia es bastante más invasiva que la propuesta por el enfoque cognitivo conductual. El contrato conductual, por ejemplo, obliga a los familiares a impedir que el paciente vuelva a incurrir en el consumo, lo que sería la finalidad de este enfoque. De esta manera el organismo se va desintoxicando de la droga en cuestión, y de a poco la relación EC-EI desaparece. Podríamos decir que en la terapia conductual el paciente sólo tiene que dejar de consumir y el organismo por sí solo bajará la necesidad de consumir la droga, debido a la extinción EC-EI.

A diferencia de las terapias conductuales, las terapias correspondientes al enfoque cognitivo-conductual se centran más que nada en la motivación y en el craving específico del paciente, desde donde se puede trabajar la adicción. En este enfoque los procesos psicológicos internos del paciente cobran más importancia, siendo por ejemplo la detención del pensamiento una buena demostración. En esa terapia específicamente el paciente debe poner mucho esfuerzo para poder resistir la tentación de consumir la droga, diciéndose “alto!” cada vez que desee consumir. De esta manera la relación de EC-EI también se extingue, pero no por una prohibición externa, si no por el propio deseo del paciente. Así también están las técnicas de distracción, que utilizan la atención, un proceso psicológico, para aminorar el craving del paciente, entre otras.

Desde el punto de vista del éxito de las terapias, si bien la terapia cognitivo conductual emplea algunos de los fundamentos conductistas y es posterior al enfoque del Condicionamiento Clásico, ésta no es necesariamente mas efectiva que su antecesora, puesto que la efectividad de la terapia dependerá fundamentalmente del paciente, es decir, la técnica cognitivo conductual tiene un criterio más amplio y amistoso, pero al mismo tiempo debido a sus técnicas de evaluación e intervención requiere un grado mayor de abstracción (entendiendo abstracción como la capacidad del ser humano para entender una situación excluyendo detalles y sólo viéndola a alto nivel), que la técnica conductista, de tal manera que aquellos pacientes que tengan bajo grado de abstracción, o un deterioro cognitivo importante debido al consumo de cocaína, son mas susceptibles a obtener mejores resultados con la terapia conductista, la que si bien, es más invasiva, también es más concreta y prescinde de elevados grados de abstracción para evaluar e intervenir.

Por último, este trabajo fue de gran importancia para el aprendizaje del grupo debido a que hubo que manipular mucha información para llevarlo a cabo, por lo que lo consideramos como una gran ayuda para complementar la cátedra, y un motivo para ahondar en teorías aún no revisadas a esta altura de la carrera. Fue interesante darse cuenta de lo grande que son las diferencias entre ambas teorías, incluso habiendo sido un creada sobre la base de la otra.

5.- Referencias.

Cita Bibliográfica:

- Navarro, R., 1992. Cocaína; Aspectos clínicos, tratamientos y rehabilitación. Ed. Ediciones Libro Amigo. Perú. 1992.

- Domjan, M.: Burckhard, B., 1990. Principios del aprendizaje y de conducta. Ed. Unigraf. España. 1990

Citas Electrónicas:

- González, I., 2003. Estrategias Cognitivo-Conductuales para el manejo del Craving., en http://www.psicocentro.com/cgi-bin/articulo_s.asp?texto=art3b001, visitada el 16 de agosto de 2005.

- Sánchez, E., 2003. Psicoterapia Breve y conductas adictivas., en http://www.conductasadictivas.org/conductas/html/anteriores/articulos/psicoCond01.htm#1, visitada el 16 de agosto de 2005.

- Psicología online, 2005. Introducción a las orientaciones psicoterapeuticas para profesionales sanitarios., en http://www.psicologia-online.com/ESMUbeda/Libros/ProfSanitarios/profesionales3c.htm, visitada el 16 de agosto de 2005.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy interesante e informado...pero sobre todo bien planteado ante un problema tan grave.